miércoles, 21 de noviembre de 2012

percepción

La propia experiencia del acoso psicotrónico puede acusar en la víctima las siguientes percepciones:

percepción simbólica

   El mero hecho de sospechar que existe una injerencia externa que altera la mente, o que causa varios tipos de malestar físico, indica la capacidad para interpretar simbólicamente; por ejemplo la interpretación de la película “Matrix” en la cual se equipara lo que en dicho film es estar conectado a una máquina y lograr “despertar” del letargo, con el hecho de estar padeciendo el control mental y denunciarlo.

   La parte negativa de este suceso es que se convierta el algo obsesivo, y la persona termine por padecer el síndrome de   (creer que las cosas suceden a propósito para si mismo). En este sentido conviene no dar mayor importancia a tales comparaciones simbólicas, sino aceptar simplemente que se ha desarrollado la capacidad para apreciarlas, pero eso no significa nada en concreto, es más, el acosador puede utilizarlo para hacer creer al IF que está recibiendo señales de un ente desconocido, y desorientarle malévolamente.


empatía

  Es como un talón de Aquiles, porque el acosador se aprovechará de ello para manipularle sicológicamente. Además, el descontrol de la empatía lleva a la persona a ponerse en situación de terceros sin razón justificada, perdiendo la propia soberanía sobre sí mismo, sobre sus verdaderos intereses.

   El acoso recibido puede debilitar la voluntad de la persona, y desarrollar empatía de forma inadecuada.


individualidad 

   Es más fácil acosar a personas solas que si viven en compañía. Una de las características del acoso es el no dejar huellas, y los acompañantes del IF pueden llegar a ser testigos de algún suceso. El descrédito ante los demás aisla a la víctima.

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